Hacemos un llamamiento a todas aquellas mujeres que, tras estas desoladoras elecciones europeas, quieran sumarse de manera activa a combatir el fascismo y la ultraderecha.
Entendemos que nuestro activismo directo siempre ha sido necesario pero ahora es imprescindible. Necesitamos ser muchas más, organizarnos para realizar protestas directas y desobedientes que señalen específicamente las acciones antidemocráticas que está llevando a cabo Europa.
Frente a la guerra patriarcal y colonial queremos gritar que el único camino democrático es la paz. Que el fin del genocidio pasa por reconocer que lo es frontalmente y emprender acciones que pongan fin a la masacre y el negocio de las armas de forma inmediata.
Nuestra única bandera es la defensa de los derechos de las mujeres y de las personas LGTBIQ+ en toda Europa. Porque sí, nuestros derechos y libertades están en peligro constante. Vamos a estar ahí apuntando directamente a quienes busquen eliminar nuestro derecho a decidir, a vivir libres de violencias patriarcales,
quieran reforzar las terapias de conversión y amparar la LGTBIfobia…
Somos las que quieren plantar cara al fascismo y la derecha que promulga leyes migratorias asesinas y racistas a la vez que se promueve conflictos armados, protege y aúpa dictadores.
Teniendo muy presente la importancia de desafiar todo esto con una crisis climática real que impacta sobre nuestras vidas a diario, especialmente en la de aquellas personas en territorios afectados por el extractivismo. No es realista pensar en cambiar el mundo si el planeta se acerca a los límites de su existencia.
Nosotras que podemos, que queremos, unámonos para ser el motor que empuje a quienes tienen un mínimo de poder a cambiar el rumbo de la historia. Porque Europa se acerca peligrosamente a repetir su historia con un contexto que suma nuevas problemáticas y en el que la ciudadanía organizada es la única esperanza.