Ayer fue el Día Internacional por la eliminación del racismo y queremos hablar del racismo institucional que motiva desde la raíz del sistema la discriminación sobre las personas racializadas y migrantes.
Actualmente existe un ejemplo claro y urgente sobre la situación de desamparo y violencia sobre las personas migrantes que llegan a las Islas Canarias.
A día de hoy hay cientos de personas hacinadas en un campamento que no está preparado para atender sus necesidades. Este campo está situado en la zona más fría de la isla, no tienen comida suficiente, ni agua caliente. Tampoco medios higiénicos que garanticen su seguridad frente a la epidemia del covid. Existe una falta de personal sanitario hasta el punto en que no se envían ambulancias al campamento cuando se comunica una emergencia.
El número de mujeres que migran se ha incrementado, a menudo lo hacen con sus hijes. En el contexto de la crisis migratoria en Canarias se ha denunciado que se separa a las madres de sus hijos e hijas menores (algunos aún lactantes) con la excusa de que existe riesgo de tráfico de menores en el campamento. Los funcionarios y policía emplean como pretexto realizarles pruebas de ADN pero la realidad es que están violando los derechos de esas madres y menores después de vivir una experiencia violenta.
A las mujeres se las están llevando al edificio que antiguamente servía de cárcel, allí las retienen sin saber cuándo volverán a ver a sus hijxs ó cuando saldrán de allí. La realidad es que están retenidas contra su voluntad, exactamente como en un CIE.
España criminaliza a las mujeres que atraviesan rutas de tránsito migratorio para mejorar sus vidas y la de su familia. Esas rutas son doblemente peligrosas para mujeres y niñas de cara a la violencia sexual que pueden sufrir y al tráfico y trata con fines de explotación sexual.
PSOE y Podemos dicen defender los Derechos de las Mujeres y los DD.HH pero lo que ocurre realmente mientras lees este post es que se encarcela, separa a madres de hijos solo por llegar en patera desde África en busca de una vida digna. Las consecuencias de las políticas migratorias como las que tenemos son tan extremas como la de la muerte de Nabody, la menor de 2 años que falleció hoy a por causas derivadas de las condiciones extremas que tuvo que afrontar para llegar a Las Palmas de Gran Canaria.
Es nuestra responsabilidad exigir al gobierno e instituciones una respuesta humanitaria y garantista hacia lxs migrantes: Regularización ya de las personas migrantes, papeles para todas, trato digno y humano para quienes llegan a este país y vías seguras que no pongan en riesgo sus vidas.
Foto: Lucía Colom
Colaboran: Artemisa Semedo y Microfeminismos
