Desde FEMEN iniciamos la campaña #PandemiaMachista al comienzo de la cuarentena en España. Desde nuestras redes buscamos concienciar e informar sobre la situación que muchísimas mujeres estaban – y están – atravesando de cara a la violencia.
Durante toda la campaña de confinamiento para paliar las consecuencias del COVID-19 hemos oído el slogan ‘Yo me quedo en casa’. Desde el movimiento feminista saltó rápidamente la alarma: La cuarentena pone en mayor riesgo a las mujeres que sufren violencia machista.
Estas mujeres se encontraban (y aún siguen) atrapadas con sus agresores. Su casa es una sentencia de muerte a la que sobreviven día tras día mientras sigan con vida.Desde el gobierno pusieron en marcha herramientas adaptadas a la situación como el 016, así como la posibilidad de hacer denuncias online, por email… Sin embargo ¿qué garantías se ofrece a las mujeres que huyen? ¿Y a las que son capaces de denunciar? Ante este estado de alarma solo se habla del coronavirus, pero no se habla del machismo como pandemia social.
Es vital asegurar que los agresores no puedan volver al domicilio, pues así la vida de las mujeres y de los menores que puedan compartir la vivienda se pone en riesgo de violencia y muerte. Exigimos medidas adaptadas a esta situación excepcional para garantizar que podamos seguir vivas y no nos maten de una paliza.
Así mismo, es necesario garantizar a las mujeres que logren escapar de entornos violentos, un lugar seguro donde poder pasar la cuarentena.
Sin olvidar que muchxs menores se encuentran igualmente expuestos a la violencia machista y que su salud también depende de vivir en un entorno seguro.
Todxs nos quedamos en casa, pero no podemos olvidar que el maltratador también se queda en casa y su control ahora es total
Además, garantizar la asistencia a las mujeres que se encuentran encerradas con sus maltratadores es esencial, pero la falta de sensibilidad y concienciación por parte las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado podría poner en peligro este servicio que es de primera necesidad porque salva vidas.
Es urgente que policías, guardias civiles etc, actúen en consonancia con las decisiones tomadas desde el Ejecutivo y den apoyo y acompañamiento a las víctimas de violencia de género que salen de sus casas porque no se sienten a salvo.Igualmente, nadie tiene derecho a ejercer una vigilancia constante desde el anonimato y la seguridad de su ventana o de su balcón. Esta “caza de irresponsables” elimina de la ecuación realidades tan delicadas como la de las mujeres que huyen de sus casas para sobrevivir. No podemos permitir que el miedo y el odio se apoderen de nosotres; al contrario, en tiempos de alarma, debemos agudizar nuestra capacidad empática y nuestro sentido de comunidad para no ser cómplices de la violencia.
Porque ahora y siempre, sobrevivir es primera necesidad.