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Nosotras no celebramos, nosotras luchamos #8M

  • Publicación de la entrada:8 marzo, 2021
El origen del Día Internacional de la Mujer Trabajadora nace a raíz de un incidente producido en 1908 en la Cotton Textil Factory, en Washington Square, donde los dueños de la empresa cerraron las puertas de las fábricas donde se encontraban las mujeres y se produjo un trágico incendio que acabó con la muerte de más de 120 mujeres. Otras historiadoras señalan las huelgas de las trabajadoras textiles el 8 de marzo de 1857 y 1908 como nacimiento del 8M.

 

La primera celebración del 8 de marzo tuvo lugar en 1911. Justo un año antes Copenhague acogía la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas. El objetivo de este evento era promover la igualdad de derechos de las mujeres y fue ahí donde se aprobó que el Día de la Mujer Trabajadora se celebrara el 8 de marzo.


En conjunto lo que nos transmite el 8 de marzo es un sentimiento de lucha. La exigencia de ver garantizados nuestros derechos a todos los niveles. La rebeldía del feminismo es el ingrediente clave en la fórmula de su desarrollo a través del tiempo.


El feminismo bebe de la desobediencia como motor. Hoy vemos como se han prohibido en Madrid todas las convocatorias para reivindicar la agenda de todas las mujeres.

Mientras se han permitido concentraciones de partidos políticos, manifestaciones de otros sectores y aglomeraciones en espacios de ocio y deportivos, las mujeres somos las que tenemos que quedarnos en casa por orden de los tribunales…


Nos imponen no protestar cuando nos asesinan, maltratan, violan, abusan, acosan todos los días por el hecho de ser mujeres.Mientras restringen nuestro derecho a la libre manifestación los murales que rinden homenaje a las mujeres feministas son atacados por los mismos que niegan la violencia machista. 


Es imposible callar cuando vemos en juego nuestra vida todos los días. Recordemos de dónde venimos, quiénes nos precedieron y cómo fue su oposición al régimen patriarcal. Tomemos ese espíritu inconformista, valiente e ingobernable como bandera.


Ah, y por supuesto, ni se os ocurra «felicitarnos». Hoy no es un día de fiesta sino de batalla.


Foto: Lucía Colom