Tras la aporbación de la ley de libertad sexual o del “Solo sí es sí” desaparece el concepto de abuso sexual, se pone el foco en el consentimiento y no en los medios o en la forma en que se produce el ataque contra la libertad sexual. Asi mismo se recoge que toda conducta se*ual realizada sin consentimiento constituye una agresión. El delito de vi0lación ya no se reserva solo a los casos que concurren con violencia o intimidación.
Los actos de violencia sexual contra las mujeres se intensifican especialmente en verano, durante la celebración de grandes eventos y fiestas, donde se intensifican los comportamientos machistas en grupo y se llevan a cabo este tipo de delitos bajo un sentimiento de amparo por parte de los hombres al encontrarse amparados por sus colegas. El 18 de junio, en Valencia, una joven de 26 años fue asaltada por tres hombres que la empujaron contra el capó de un coche para después agredirla sexualmente. Ella pidió ayuda, nadie reaccionó, nadie acudió.
En las sentencias por violencia sexual en España se absuelve al acusado en más de 1 de cada 3 casos y se tiende a culpabilizar a la víctima mujer. No siempre una reforma legislativa implica una reforma en la mentalidad de los jueces. Es imprescindible conocer cuál es la manera de argumentar de nuestros jueces y juezas. Del total de los 200 fallos por violencia sexual analizados por el grupo Antígona de la UAB un 37,7 % fue de absolución pese a haber pruebas en la mayoría de casos.
Necesitamos garantizar a las mujeres el derecho a la libertad sexual libre de agresiones. Muchas veces nos encontramos sintiendo alivio porque “solo nos han seguido por la calle pero no se han metido en el portal”, o porque el tío que nos estaba acosando al salir de fiesta “solo nos ha tocado y no ha ido a más”, o el señor sentado en frente en el vagón vacío del tren “solo se ha tocado mientras me miraba”, o la persona que contactaba en milanuncios solicitando clases de inglés y ser amigos “solo se estaba insinuado y no ha llegado a más”… Todo esto son ejemplos de agresiones y deben ser visibilizadas, denunciadas, condenadas por la sociedad como lo que son y no meras anécdotas.