El 18 de julio de 2023 tres activistas de FEMEN protestaban frente a la sede del partido de ultraderecha Vox en Madrid. Durante la protesta una de ellas fue agredida por un trabajador de la organización. La acción denunciaba el discurso de la formación política que niega el machismo como causa de la violencia contra las mujeres. 

Las tres compañeras recibieron una sanción administrativa aplicada a través de la Ley Mordaza de 601€ cada una. ¿El motivo? Haber impedido “supuestamente” a un trabajador acceder con su coche a la sede.

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En base a esos hechos nos sancionan puesto que según la policía eso concurre en el artículo 36.01 que dictamina que “considera infracción grave causar desórdenes en las vías, espacios o establecimientos públicos, u obstaculizar la vía pública con mobiliario urbano, vehículos, contenedores, neumáticos u otros objetos, cuando en ambos casos se ocasione una alteración grave de la seguridad ciudadana.”

Es curioso que dentro del mismo documento se recoge que la policía no es testigo de estos actos cuando ocurre sino que los agentes acuden al lugar tras la llamada de la seguridad de Vox. Es el vigilante de seguridad quien les muestra un vídeo y a partir de ahí, los policías levantan atestado.

Una acción que duró unos minutos, donde ni los coches vieron interrumpida su circulación, ni se cortó la calle, ni ningún viandante vio impedido su paso. Nosotras nos encontrábamos en la vía pública, en la acera de una calle, protestando de manera legítima y no violenta. Sin embargo, una vez más somos nosotras a quienes reprimen y castigadan.

Sin las imágenes de las periodistas ni si quiera podríamos denunciar la violencia de la que fuimos víctimas durante una acción simbólica… Donde por el hecho de ser mujeres que se manifiestan políticamente contra la ultraderecha son arrastradas por los suelos, insultadas y para rematar, multadas.

Ante todo esto solo queda la autogestión y el apoyo mutuo