Tú que eres rica o rico. Tú que puedes aprovecharte de la precariedad de una mujer para satisfacer tus deseos materiales y una falsa idea sobre la maternidad o la paternidad.
Explotar los cuerpos y vidas de las mujeres vulnerables es una forma de violencia patriarcal. La ejerza un hombre o una mujer, siempre es desde el privilegio.
El deseo de tener hijxs no es un derecho. Pagar porque otra mujer te entregue al menor que da a luz, es un delito.
Es gravísimo y una gran muestra de la perversión absoluta del capitalismo sobre la humanidad, ver como «normal» que una mujer compre el hijx de otra más pobre y desfavorecida.
Deseo no gesta derecho. Nuestros cuerpos no se venden, nuestra maternidad no se alquila.
En España la práctica de los vientres de alquiler está prohibida, y actualmente se considera, al igual que su promoción y publicidad, una forma de violencia contra las mujeres, recogida en la nueva Ley de Salud Sexual y Derechos Reproductivos.
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