Tras el 25N continuamos asistiendo a una terrible oleada de violencia machista que reafirma la necesidad de seguir luchando.
La semana pasada una mujer fue asesinada a cuchilladas en Lugo, otra se encuentra herida de gravedad en el hospital Vall d’Hebron de Barcelona después de que su pareja prendiera fuego a su vivienda y una tercera, una mujer joven que ejercía la pr0stitución fue asesinada a manos de un cliente que la ahogó.
En la última semana hemos conocido casos como los siguientes:
Talavera de la Reina: Un hombre agrede a su esposa, que pedía auxilio desesperadamente desde la ventana. La mujer consiguió encerrarse en una habitación con una menor y avisar a la policía.
Barcelona:Una mujer se encuentra ingresada en estado grave en el hospital Vall d’Hebron con el 18 % del cuerpo quemado. El pasado día 28, su pareja la roció con líquido inflamable y prendió fuego a su vivienda en Artesa de Segre, Lleida. El agresor está detenido.
Madrid: Detenido un hombre de 38 años que agredió sexualmente a una mujer de 45 años sobre la que se abalanzó en el municipio madrileño de Collado Villalba, donde se continúa buscando al violador de una menor desde hace semanas.
Madrid: la joven de 20 años en situación de pr0stitución asesinada por su cliente, murió por asfixia y lesiones, según datos de la autopsia.Tras el crimen, el asesino se suicidó por lo que no podrá ser juzgado.
Vitoria: Un hombre de 36 años y con antecedentes policiales ha sido detenido y ha ingresado en prisión tras agredir sexualmente a una mujer.
Málaga: Detenido un hombre acusado de agredir durante varios días a su pareja en presencia de su hijo de 8 años, cada vez que volvía a casa ebrio. Una amiga de la víctima alertó a la policía.
Hay muchos otros…. Estos son solo algunos ejemplos de la brutalidad que continuamos viviendo las mujeres en nuestro día a día.
Si ya era existente un consenso político y social en la sociedad española sobre la violencia machista, ¿por qué seguimos viviendo casos de feminicidio y violencia todos los días? Los discursos negacionistas sobre la violencia de género ponen nuestras vidas directamente en peligro.