La última mujer asesinada en España a manos de quien un día le dijo que la amaba tenía tan solo 30 años. Lo que venía temiendo desde 2019, cuando denunció por primera vez a su marido, ha acabado ocurriendo un 1 de noviembre en su casa en Valencia de Alcántara. A ella se suman otras dos víctimas: una niña y un bebé de 14 meses que han perdido a su madre. Y con ella, ya son 36 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año, 1.166 desde que se empezaron a contabilizar en 2003.
El Ministerio de Igualdad ha puesto en marcha desde este año, y por primera vez en el mundo, un nuevo mecanismo que permite contabilizar todos los feminicidios. A partir de ahora se nombran y se tienen en cuenta todos los asesinatos machistas, también los feminicidios familiares, los sexuales, los sociales y los vicarios.
Atendiendo a estas nuevas categorías, entre los meses de enero y junio de 2022, fueron asesinadas fuera del ámbito de la pareja o expareja un total de 19 mujeres, correspondiendo el 58% de ellas a feminicidios familiares y siendo que en el 100% los casos los agresores eran conocidos de las víctimas, en un 57%, mujeres mayores de 60 años.
Todos estos números, que nunca son buenos, resultan especialmente preocupantes si se contrastan con los del año pasado, ya que, según datos recién publicados por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, el total de mujeres víctimas de violencia machista en España durante el segundo trimestre de 2022 fue de 44.543, lo que significa que han aumentado casi un 11% con respecto al mismo período de 2021. Se mantiene así la tendencia del primer trimestre, cuando se registraron 40.481 víctimas, cerca de un 18% más que entre enero y marzo del año pasado.
Desde FEMEN queremos poner el foco sobre esta realidad en un momento en el que, al mismo tiempo, no deja de crecer el negacionismo de la violencia machista, también y sobre todo, entre los más jóvenes. No dejaremos de denunciarlo, hasta que no haya ni una más, hasta que no seamos ni una menos.
Nos va la vida en ello.
Foto: Andrea Comas.
